A seis años de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, el kárate ya está compitiendo por un puesto en el sagrado cartel de los cinco anillos.
La Federación Mundial de Kárate (WKF) lanza una ofensiva sin cuartel, apelando fervientemente al Comité Olímpico Internacional (COI) para que incluya este arte milenario en el máximo escaparate deportivo mundial.
Sin embargo, el kárate no está solo en esta ambición, y su inclusión dista mucho de ser segura.
La lista de nueve posibles deportes también incluye el squash, el béisbol/softbol, el lacrosse, el kickboxing, el breakdance, el fútbol bandera y el automovilismo.
El cricket, deporte que cuenta con un gran número de seguidores en todo el mundo, parece ser el favorito, pero el kárate sigue teniendo posibilidades reales de entrar en la lista.
UNA RELACIÓN DIFÍCIL: EL KÁRATE Y LOS JUEGOS OLÍMPICOS
La relación del kárate con los Juegos Olímpicos podría describirse como tumultuosa, marcada por más reveses que éxitos en lo que respecta a la participación en los Juegos de Verano.
El kárate apareció por primera vez en el escenario olímpico en los Juegos Olímpicos de Verano de 1988 en Seúl, no como prueba oficial, sino como deporte de demostración.
Este deporte hizo su esperado debut olímpico oficial en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, celebrados del 5 al 7 de agosto de 2021 en el Nippon Budokan, hogar espiritual del kárate.
Curiosamente, lo que es menos conocido es que el kárate tuvo un anticipo de su andadura olímpica en 2018, en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires.
Sin embargo, tras saborear las mieles del éxito, este deporte sufrió un duro revés al ser excluido del programa de París 2024, lo que dejó su destino para 2028 en el aire.
EL PROCESO DE SELECCIÓN OLÍMPICA
El Comité Olímpico Internacional, organismo sin ánimo de lucro encargado de organizar los Juegos Olímpicos, tiene la última palabra sobre qué deportes obtienen el visto bueno olímpico.
En cada edición de los Juegos, diversas organizaciones deportivas compiten por incluir sus disciplinas en el repertorio olímpico. Sin embargo, el proceso de incorporación de un deporte es un camino largo, costoso y arduo, que a menudo se salda con numerosos rechazos.
Sólo cinco deportes han estado siempre presentes en los Juegos Olímpicos modernos desde la edición inaugural de Atenas 1896: atletismo, ciclismo, esgrima, gimnasia y natación.
LÍMITES Y PROPUESTAS OLÍMPICAS
En 2014, el COI decretó que en los Juegos Olímpicos de Verano se permitiría un máximo de 310 pruebas y 10.500 atletas, aunque este tope puede aumentarse ligeramente si es necesario para dar cabida a un nuevo deporte.
Antes de que un nuevo deporte pueda solicitar el reconocimiento del COI, debe cumplir dos condiciones: estar representado por una federación internacional y cumplir la normativa de la organización mundial antidopaje.
Luego viene el reto de elaborar una estrategia de marketing convincente para este deporte, un proceso que puede costar varios cientos de miles de euros, según Andrew Shelly, Director General de la Federación Mundial de Squash.
En el marco de estas campañas, los deportes suelen modificar sus reglas para que sean más convincentes.
A continuación, la Comisión del Programa Olímpico examina la solicitud de cada federación y evalúa si el deporte propuesto se ajusta al espíritu y la marca de los Juegos Olímpicos.
Si el resultado de esta evaluación es positivo, el deporte se propone al COI para su consideración final.