Mientras los Juegos del Sudeste Asiático (SEA) se preparan para su edición de 2025 en Tailandia, un hecho sorprendente ha dejado a atletas, entrenadores y entusiastas del deporte de toda la región rascándose la cabeza. El país anfitrión publicó recientemente una lista propuesta de 40 deportes que se incluirán en los juegos, y para consternación de muchos, el kárate, el jiujitsu, el wushu, junto con los bolos sobre hierba y la halterofilia, han sido llamativamente omitidos. Esta inesperada exclusión no sólo ha desconcertado a los directamente implicados, sino que también ha suscitado un importante debate y preocupación en toda la comunidad deportiva.
Una exclusión sorprendente
El kárate, el jiujitsu y el wushu son deportes con profundas raíces y fuertes seguidores en el Sudeste Asiático. Cada uno de ellos tiene una rica historia en la región, con atletas que ofrecen regularmente actuaciones destacadas tanto en el escenario regional como en el internacional. El kárate y el wushu, en particular, son disciplinas no sólo populares, sino también parte integrante del patrimonio cultural y de artes marciales de la región. El jiujitsu, por su parte, ha experimentado un rápido aumento de popularidad, especialmente entre los atletas más jóvenes, y ha atraído constantemente la atención en anteriores Juegos SEA.
La decisión de excluir estos deportes, junto con la omisión de los bolos sobre hierba y el levantamiento de pesas -otro deporte olímpico en el que Tailandia ha destacado tradicionalmente- ha dejado perplejos a muchos miembros de la comunidad deportiva. Para los atletas que han dedicado años de entrenamiento a representar a sus países, la noticia es poco menos que desgarradora.
Reacción regional y recursos
La exclusión no ha pasado desapercibida para los organismos deportivos nacionales. En junio de 2024, el Consejo Olímpico de Malasia (OCM) presentó oficialmente un llamamiento a la Federación de los Juegos del Sudeste Asiático (SEAGF), instando a la reincorporación de los deportes omitidos. El OCM destacó la importancia de estos deportes para los atletas y aficionados de la región, subrayando que su exclusión merma el espíritu competitivo y la inclusividad por los que son conocidos los Juegos del SEA.
A pesar de estos llamamientos, la respuesta de Tailandia ha sido escasa, lo que ha frustrado aún más a atletas y funcionarios. El silencio ha suscitado la creciente preocupación de que los Juegos del SEA puedan perder parte de su encanto y significado si no se reinstauran estos deportes, que han sido básicos en el evento.
Nuevas incorporaciones y deportes de demostración
Para aumentar la perplejidad de la situación, los Juegos SEA de 2025 incluirán algunos deportes no tradicionales, como el teqball y el kick-boxing, e incluso deportes de demostración como el disco volador y el tira y afloja. Aunque la inclusión de deportes nuevos y emergentes suele acogerse con satisfacción como medio de diversificar y modernizar los Juegos, la decisión de darles prioridad frente a deportes bien establecidos como el kárate, el wushu y el jiujitsu ha sido recibida con escepticismo.
El teqball, un híbrido de fútbol y tenis de mesa, ha ido ganando popularidad, pero sigue siendo relativamente de nicho en comparación con el alcance mundial de las artes marciales excluidas. Del mismo modo, aunque el kick-boxing tiene sus méritos, es una disciplina que se solapa tanto con el muay thai como con el wushu, por lo que la exclusión de este último resulta aún más desconcertante.
Impacto en los Atletas y en el Futuro de las Artes Marciales en los Juegos del SEA
Para los atletas que se han estado preparando para los Juegos SEA de 2025, la exclusión de estas artes marciales supone un importante revés. No sólo afecta a sus objetivos y aspiraciones inmediatos, sino que también tiene implicaciones más amplias para el desarrollo de estos deportes en la región. Sin la plataforma que proporcionan los Juegos del SEA, los atletas jóvenes y prometedores pueden tener más dificultades para adquirir la exposición y la experiencia necesarias para competir en escenarios internacionales más amplios.
La decisión también plantea interrogantes sobre la futura dirección de los Juegos SEA y sobre si seguirán siendo un escaparate completo de la diversa cultura deportiva del Sudeste Asiático. La omisión de deportes que tienen una fuerte presencia histórica y cultural en la región podría sentar un precedente preocupante para futuras ediciones de los Juegos.