En vísperas de los Juegos Olímpicos de 2028 en Los Ángeles, varios organismos deportivos se han movilizado para que sus disciplinas figuren en la prestigiosa competición internacional. Entre ellos se encontraba la Federación Mundial de Kárate (WKF), que se embarcó en una ambiciosa misión para que el kárate se incluyera en el Programa de los Juegos Olímpicos de LA28. A pesar de los grandes avances y de la movilización de importantes recursos, el sueño siguió sin cumplirse, ya que el kárate no se incluyó entre los deportes adicionales que se exhibirían en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
Hace dos años, bajo un velo de estricta confidencialidad, la WKF inició un esfuerzo concertado para garantizar la inclusión del kárate en los próximos Juegos. Se formó un grupo de trabajo específico, que reunía a personas de diversas facciones de la WKF, incluidos representantes de las federaciones nacionales y de los atletas, miembros del Comité Ejecutivo y de la Comisión, además del personal. El objetivo colectivo era claro: orquestar un caso convincente para la inclusión del kárate en los Juegos Olímpicos, una hazaña que elevaría significativamente la estatura mundial de este deporte.
En un intento de reforzar su esfuerzo, la WKF recurrió a la experiencia de consultores externos especializados en olimpismo. A estos experimentados consultores se les encomendó la tarea de guiar al equipo a través de los entresijos del proceso de licitación. Además, se consiguió un apoyo institucional fundamental tanto a nivel gubernamental como empresarial, lo que creó un marco sólido para la campaña. La empresa contó con un nivel de movilización de recursos y un esfuerzo concertado sin precedentes en los anales de la WKF.
Desgraciadamente, a pesar de los meticulosos preparativos y del extenso trabajo preliminar, el veredicto del Programa de los Juegos Olímpicos de LA28 no fue favorable al kárate. El anuncio fue recibido con una mezcla de decepción y reflexión dentro de la comunidad del kárate. Aunque el objetivo inmediato no se cumplió, el exhaustivo camino recorrido dio sus frutos en términos de evolución positiva y crecimiento para el deporte.
La narración no termina con la decisión de la LA28. Las enseñanzas extraídas de este esfuerzo han aportado a la comunidad del kárate una perspectiva inestimable y una determinación reforzada. La WKF no ceja en su empeño de que el kárate figure en futuras ediciones de los Juegos Olímpicos. Se ha trazado la hoja de ruta, se han forjado las relaciones y se ha sentado un precedente de esfuerzo inquebrantable. Las miradas están puestas ahora en el horizonte, con las esperanzas puestas en las próximas ediciones olímpicas, mientras la comunidad del kárate sigue trabajando incansablemente en pos de sus objetivos a largo plazo, aprendiendo y evolucionando a cada paso.